Aquellas pequeñas cosas son, como decía Serrat, las que nos dejó un tiempo de rosas en un rincón, en un papel o en un cajón. Y que, como hojas muertas que el viento arrastra allá o aquí, que te sonríen tristes, hacen que lloremos cuando nadie nos ve.
Para poder ver solo hay que saber mirar. Es uno de mis propósitos de año nuevo: mirar mejor para poder ver todas aquellas pequeñas cosas que, a partir de hoy, me gustaría compartir con vosotros.
Semana #1
Un lugar
Si hay algo que intento hacer siempre que puedo es viajar. A veces, no es necesario irse muy lejos para encontrar sitios espectaculares. A tan solo una hora y media de Ciudad Rodrigo, mi pueblo, donde suelo pasar las Navidades, está Monsanto. Dicen que es la aldea más portuguesa de Portugal. No sé quién ni cuándo le otorgó tal condición, pero de lo que sí estoy seguro es de que es uno de los lugares más curiosos y espectaculares que he visto en un país que no me canso de visitar.
Un libro
Teoría de la gravedad, de Leila Guerriero, es el primer libro que he empezado a leer en 2020. Leo sus artículos desde hace años y me gustan porque, en muchas ocasiones, son textos en los que uno se reconoce. Puede que hable sobre alguna idea que parece ajena o que está a miles de kilómetros de tu realidad, pero, por alguna razón, siempre hay algo con lo que identificarse. Y cuando eso ocurre escuchas un “crack” dentro de ti que te descoloca y, a veces, te deja temblando. Por ejemplo, algunas de estas frases que leí hace unos días en sus artículos:
««¿Cuál es tu momento feliz?», preguntaba mi padre. «No sé», decía yo. «Hay que tener un momento feliz —decía mi padre— para cuando la infelicidad sea mucha»».
«Cuánto habrá que vivir —y cuánto coraje sería necesario— para entender que lo que más amamos, y lo que más nos ama, es, también, lo que mejor nos aniquila».
«¿[…] no les pasa que a veces descubren que tienen el corazón como un pedazo de carne atravesado por un anzuelo, la garganta llena de piedras, la vida pegajosa como lana húmeda, y se encuentran sin nada que querer, ni que decir, ni que esperar: sin nada? A mí me pasó. El otro día. Era jueves. Eran las cinco de la tarde».
«Todos los desvelos vienen de no saber y de querer saberlo todo».
Una serie
2019 fue un año de grandes series: Chernobyl, Así nos ven, Euphoria, Big Little Lies, Fleabag y más recientemente, Foodie Love, por nombrar solo algunas. Esta semana vi, casi de un tirón, El vecino, la nueva serie española de Netflix en la que un joven de un barrio de Madrid se convierte en superhéroe tras el impacto de un misterioso artefacto sobre la Tierra. Es la adaptación que el director Nacho Vigalondo ha hecho de la saga de cómic creada por Santiago García y Pepo Pérez. Es el superhéroe costumbrista que necesitábamos.
Un sabor
El sábado fui a comer a Antonella, uno de los nuevos restaurantes del grupo Le Coco, en Madrid. Si os gusta la comida italiana y, en especial, la pasta, no dudéis en visitarlo. Su carta es exquisita de principio a fin. Y la decoración del local es un plus. Todavía quedan unos cuantos meses para el verano así que la operación “nosécómollamarlaesteaño” queda todavía un poco lejos.
Buon appetito!
Un regalo
Unos días antes de que llegasen los Reyes Magos, recibí un regalo que ya anunciaba que, una vez más, el día 6 de enero iba a ser muy especial. Dicen que los roscones del Horno La Gloria, en Madrid, son de los mejores. Doy fe.
Una canción
Llevo toda la semana (y algunos días más) con esta canción sonando en bucle en mi cabeza: «Te regalo», de Carla Morrison. La escuché hace un par de años y ya me encantó, pero ahora vuelve a ponerse de moda y no me puede gustar más.
F.